martes, 23 de marzo de 2010

Un mensaje para los MECHONES

Antes de comenzar a estudiar esta carrera, un estudiante de quinto año me advirtió que se trata de un oficio utópico, soñador e imposible. Hoy creo que estaba en lo correcto, considerando que las condiciones para ejercer el Periodismo en Chile son actualmente paupérrimas. Nos hemos transformado en personajes indeseables y representantes de la ignorancia y hasta de la estupidez, como lo corrobora la opinión de gran parte del mundo profesional, que considera nuestra ocupación como superficial e intrascendente. Se nos identifica con la farándula, el morbo y una serie de antivalores que confirman lo que en otras áreas de las ciencias sociales está ocurriendo: El Periodismo está en crisis.

Causas pueden haber muchísimas, pero si tratamos de aislar las más generales podemos remitirnos al momento en que nuestro país clausuró los medios de comunicación que mantenían un pensamiento distinto al del régimen imperante. No bastó con eso. Fue necesario quitarles la vida a algunos comunicadores y transformar notablemente la formación académica de los aspirantes a periodistas. Hablamos de un pasado más que sabido y archi-repetido, pero hasta hoy nos pena cuando constatamos que los medios de comunicación más importantes están en pocas manos, lo que dificulta el descubrimiento de lo que como periodistas siempre hemos de buscar incansablemente: La Verdad.

¿Un ejemplo?

Cuando iba en tercer año realicé una pre-práctica profesional para El Mercurio de Antofagasta, que -como sabemos- es parte del grupo económico que controla gran parte de las comunicaciones en Chile. Un día, tuve que hacer una “noticia por encargo” (pronto sabrán de qué se trata), en la que debía cubrir cómo lanzaban al mar las cenizas de un conocido ex-consejero regional que había muerto de cáncer. El sujeto se destacaba por su labor social y una serie de calificativos propios de un político de gran experiencia, pero entre ellos afloraba una característica horrorosa: había sido encausado y condenado por abuso sexual a dos niñitas pequeñas. ¿Creen ustedes que pude hacer alusión a dicha realidad? No. La noticia despedía cariñosamente a un mártir, un hombre de bien al que sus “camaradas” lloraron incansablemente. Un ejemplo para la sociedad.

¿Es antiético? ¿Se trata de un problema moral? ¿Debe El Mercurio o quien escribió la noticia arrepentirse y disculparse ante la sociedad? Por favor, por favor, por favor. Recuerden muy bien esto: El Periodismo carece absolutamente de ética, porque los medios de comunicación favorecerán siempre a sus dueños y los grupos sociales que ellos representan. Si en Antofagasta hubiera existido otro medio de comunicación con otros intereses tal vez hubiera titulado: “Cenizas del consejero pedófilo fueron esparcidas en el mar”. Pero no fue ese el caso, por que no hay gran diferencia entre los distintos medios que hay en nuestra ciudad. La verdad se nos escabulló, se perdió penosamente…

Futuros comunicadores: Están desde ya en una carrera contra el tiempo ¿Quieren salir de la universidad para escribir o relatar mentiras? ¿Quieren romper el juramento de defender y buscar incansablemente la verdad? Es deber de ustedes fundar las comunicaciones del mañana, crear los medios de comunicación que estimen convenientes, defender las causas que nadie escucha y proteger al desvalido, a quien no puede hablar o a quien ha sido acallado. Recuerden esto: ninguna información es ingenua. La guagua llora para tomar leche, así como los medios comunican ciertas cosas para lograr ciertos objetivos. El Periodismo es una profesión de trinchera, desde donde informamos para conseguir distintos efectos en la sociedad. El problema es que en Chile hay solo una trinchera, donde debería haber muchísimas. Estamos realmente ante una tarea utópica y soñadora, pero no imposible. Es tarea de ustedes crar los nuevos enfoques y posiciones del nuevo Periodismo chileno, para recuperar la verdadera investigación, la verdadera verdad, los verdaderos profesionales. Para que nunca más tengamos que mentir y sentirnos cómplices de un silencio abrumador.

Cambiar esta realidad es necesariamente cambiar Chile entero e incluso el mundo. Es un viaje maravilloso en que les aseguro que nos encontraremos muchas veces para, juntos, darle alegría y prosperidad a una sociedad que lo pide a gritos.

¡Bienvenidos periodistas!

Camilo Arce Rojas --> Estudiante de quinto año, presidente del CEAL


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